Nuestro hombre en La Habana, de Graham Greene

greene

– Ese negro que va calle abajo –dijo el doctor Hasselbacher, de pie en el Wonder Bar- me recuerda a usted, mister Wormold.

Era típico del doctor Hasselbacher que después de quince años de amistad siguiera usando el prefijo mister: la amistad avanzaba con la lentitud y seguridad de un diagnóstico cuidadoso. En su lecho de muerte, cuando el doctor Hasselbacher viniera a tomarle el pulso debilitado, tal vez mister Wormold se convertiría en Jim.